Los complementos alimenticios son importantes para las personas mayores porque ayudan a compensar las posibles deficiencias nutricionales derivadas de una dieta inadecuada, los cambios del metabolismo relacionados con la edad, las dificultades de masticación y digestión, y las enfermedades crónicas que pueden afectar a la absorción de nutrientes¹-³.
Los complementos alimenticios aportan nutrientes esenciales en cantidades concentradas, contribuyendo al mantenimiento de la salud, la prevención de enfermedades y la promoción del bienestar general en la vejez³.
Los beneficios específicos de la suplementación para las personas mayores incluyen el apoyo a la salud ósea y muscular, la mejora de la función inmunitaria, el mantenimiento de la salud cardiovascular, la preservación de la función cognitiva, la promoción de la salud de la piel y la reducción del riesgo de deficiencias nutricionales, como la deficiencia de vitamina D, vitamina B12 y calcio, que son comunes en este grupo de edad³.
La recomendación de iniciar la administración de suplementos dietéticos durante el envejecimiento varía en función de las necesidades individuales y debe determinarla un profesional sanitario basándose en una evaluación exhaustiva del estado de salud, la dieta, el estilo de vida y los objetivos terapéuticos¹,².
En general, la suplementación dietética puede iniciarse cuando hay signos de carencias nutricionales, dificultades para ingerir nutrientes a través de la alimentación convencional o para prevenir el deterioro de la salud relacionado con la edad¹-³.
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